miércoles, 9 de julio de 2008

De lo espiritual en el arte

En ocasiones tengo la mala costumbre de dejarme llevar por la vorágine de vivir en una gran ciudad y se me olvida a menudo la belleza de lo pequeño, de lo sencillo, de lo breve, de lo silencioso, de lo espontáneo, del esfuerzo más inverosímil y de lo que acostumbro a no hacer verosímil cuando lo tengo al alcance de la mano.
Eso es lo que me ha sucedido, y lo que he disfrutado en la última semana. Porque para disfrutar de un sencillo y humilde arte románico no hace falta buscar las más conocidas obras maestras de este estilo, del cual tenemos la gran suerte de poder disfrutar en España.

Si pasáis de camino al Pirineo, si os perdéis por secos paisajes oscenses, si vuestros pasos os llevan por esas tierras por el motivo que sea, no os olvidéis de pasar por Peralta de la Sal para que el acceso sea directo a la ermita de Vilet camino de Gabasa, donde la espiritualidad surge de forma espontánea;



A la ermita de San Bartolomé en el alto y vigía pueblo de Calasanz donde los atardeceres os recordarán que a las personas que queréis mucho se las puede querer muchísimo más;




A Gabasa donde su Iglesia parroquial San Martín
será la introducción perfecta para llegar hasta uno de esos barrancos
que nadie diría que existiría, ni que en él se derrollachara vida en forma de frondosidad y agua, a juzgar por lo diferente del entorno que le rodea.



En fin, que me vuelvo con la sorpresa, con el alma tranquila, con el mens sana in corpore sano, ya que no hay nada como llegar hasta estos sitios a pie y al ritmo de la carrera, comenzando el día con la certeza de que un nuevo madrugón no sólo podrá existir sino que es deseado, para disfrutar de la falta de sueño con la pasión de quien disfruta lo cosechado. En este caso divisando desde lo alto del Castillo de la Mora lo conseguido, que nunca será más que lo realizado.

viernes, 6 de junio de 2008

Los pelos de punta

Todavía tengo los pelos de punta...

Hacía mucho que no escuchaba una musicalidad así. Una voz tan limpia, tan afinada, trasmisora de sinceridad, de una sinceridad absoluta, la del buen hacer y mejor capacidad para emocionar.

Ha sido un montaje sencillo, cuatro músicos, un equipo de sonido, un fotógrafo y un juego de luces. Nada más, nada menos, nada más que añadir que ella, la cantante, la que nos ha seducido con cada letra. Desde las más rápidas que han hecho que se haya quedado sin aire en una estrofa, hasta las más lentas que nos han hecho disfrutar de lo bonito de lo sencillo.

Esta noche he ido al Teatro Albéniz, acompañada por la mejor compañía, y al entrar ya algo era diferente, el público esperaba charlando sin barullo, dejándose hablar, dejándose escuchar... "- Esto pinta bien" - he pensado. Fuera hilo musical, fuera luces, ¡adentro la magia!. La magia de portugués cantado, de las letras de Zeca Afonso.

Es curisoso como hemos llegado: corriendo, con prisa, como siempre. Y es maravilloso como Cristina Branco ha conseguido a base de buen hacer y más dulzura, colocarnos en nuestro sitio. El sitio natural de cada cual, la intimidad, el disfrutar de cada sensación, la emoción de la música, de su voz, de la sencillez, de su elegancia.
Y así nos hemos marchado distintos, más sonrientes, más felices, más tranquilos, más... más en nuestro sitio.

domingo, 20 de abril de 2008

Cantando Cuentos

Anoche canté y a lo mejor debía de haberlo anunciado antes, pero a veces el tiempo, y su carencia, hacen que estas cosas sucedan.

Anoche fue una de esas noches de actuación que invitan al buen rollo y a las sensaciones de hace años, cuando parecía que era una tía famosa que realizaba giras por asociaciones y parroquias de lo más variopintas. Sí, porque variopinto fue el sitio en el que “cantacontamos” ayer.

¿Variopinto? Nunca he entendido esta palabra con un sentido peyorativo, ni mucho menos. Variopintos son los sitios que me gustan, en los que me encuentro bien, en los que siento que no he clonado mi presencia por lo parecido del café que pisé antes, de antes, de ayer. Y variopinta también era la actuación: Cuentacuentos + Canciones.
¿Qué más se puede pedir? Pues sí, buen ambiente, estupenda acogida por parte de sus inquilinos: http://www.casauruguayenmadrid.com/, ganas del público asistente, cenita a lo “pero que agustito estamos” y ánimo, mucho ánimo que hace que me entren más ganas de componer y de tocar.

Quizá todo esto, y me entenderán los que estuvieron, será porque nos juntamos diferentes tipos de corazones. Yo, con el mío, con el bizco complementario y con las emociones expresadas en sonrisas, llantos y muecas de sorpresa, me doy por entregada a la causa y satisfecha. Causa por cierto de lo más interesante: obtener dinero para educación y cultura.

Para todo lo demás acudiré a terapia, y sino a volver a escuchar a mi compi artística de anoche, porque escuchando a Laura ¿quién necesita ayuda en su alma? ¡Pero si me compuso una canción haciendo referencia a una esbeltez inexistente!

En fin, que se materializó una propuesta interesante, y como por materializar no será, si alguien tiene alguna otra, ya sabe donde encontrarme. Como mínimo intentaré emocionarme.

En cuanto los consiga, colgaré las fotos y videos en sus apartados correspondientes de la columna de la izquierda. De momento un aperitivo: http://www.casauruguayenmadrid.com/images/CUENTACUENTOS%202008%20WEB.jpg


viernes, 29 de febrero de 2008

Crónica de una velada inesperada


Hay conciertos y conciertos.


Hay conciertos que empiezan mejor, otros que terminan peor, hay canciones que te dejan frío, hay gestos que valen más que las letras... pero lo que siempre queda es la intención.
Las ganas generalmente sobran, y en este último no faltaban. Lo controlable estaba controlado y los sentimientos que son los más inesperados se incontrolaron serenamente. Si alguna vez los controlo haganmelo saber para dejar de cantar, ya que eso significará que he perdido la capacidad de emocionarme encima de un escenario, lo cual se convertiría en la crónica de una muerte inesperada.

El único factor que podía fallar era el externo, las variables ambientales que se llaman; y esas fueron perfectas, tan perfectas como el público asistente, como el clima que invita a incontrolar esos sentimientos. Pero siempre hay más, siempre existe el factor más frío: el empresarial.

Ojalá las industrias se esfumasen y los empresarios monetarios se convirtieran en empresarios del arte. Pero en fin, por eso existe la palabra utopía y por eso tiene un sentido.
Para no quedarme fría, y no dejar fría la ilusión por seguir actuando, releo el comienzo del concierto, ese que comenzó con la parte sincera del evento:

MÚSICA

Las dos hijas del Gran Compositor -seis y siete años- estaban acostumbradas al silencio.

En la casa no debía oírse ni un ruido, porque papá trabajaba.

Andaban de puntillas, en zapatillas, y sólo a ráfagas, el silencio se rompía con las notas del piano de papá. Y otra vez silencio.

Un día, la puerta del estudio quedó mal cerrada, y la más pequeña de las niñas se acercó sigilosamente a la rendija; pudo ver cómo papá, a ratos, se inclinaba sobre un papel, y anotaba algo.
La niña más pequeña corrió entonces en busca de su hermana mayor. Y gritó, gritó por primera vez en tanto silencio:

¡La música de papá, no te la creas...! ¡Se la inventa!

Ana María Matute


Gracias por vuestro apoyo.

domingo, 27 de enero de 2008

Hay calles y calles

Madrid, si por algo se caracteriza, es por la heterogeneidad de sus calles y por las sorpresas que estas pueden depararnos en un momento dado. En un alarde de originalidad, una tarde de hace bien poco, decidí perderme, sin tiempo, sin programa, sin reloj, por una de ellas. ¿La elegida? una cualquiera, elegida casi al azar entre muchas otras. La C/ Claudio Coello.

He escuchado muchas veces aquello de que los pla
nes más espontáneos e inesperados terminan siendo los mejores, y la verdad es que no estuvo nada mal. Así que lo comparto ya que a lo mejor alguien quiere, o puede, disfrutar de una tarde como la mía. Os aseguro que no hace falta mucho desplazamiento y que la oferta cultural es de lo más variada. Pero daros prisa, que esto únicamente, podrá ser disfrutado hasta el fin de semana que viene. Aquí dejo la propuesta:
  • EXPOSICIÓN Y GACETA: TINTÍN EN EL MUNDO DE HERGÉ (Caludio Coello, 99)
Fundación Carlos de Amberes: http://www.fcamberes.org/exp_20071211.htm

Para los amantes de lo curioso, del comic, de Tintín... merece la pena y está hasta próximo domingo, día 3 de Febrero.

  • DIBUJOS HECHOS A BOLI BIC (Claudio Coello, 20)
http://www.elpais.com/articulo/madrid/Bic/pincel/hiperrealista/elpepuespmad/20080116elpmad_13/Tes
Novedoso, diferente, breve pero original. Hasta el próximo sábado, día 2 de Febrero.
  • HERNANI (Claudio Coello, 1)
Cafetería-Pastelería donde realizan uno de los mejores cafés de Madrid.


  • Y dado que no hay más números en esta calle, siempre podemos terminar dando UN PASEO POR EL PARQUE DEL RETIRO ya que es por donde hemos terminado, o por donde podremos comenzar si algún otro día queremos volver a la calle propuesta.
Conclusión: Quien no disfruta es porque no quiere. ¡Feliz tarde!

viernes, 18 de enero de 2008

Todavía no lo he entendido

A veces las cosas que percibimos en el mundo son menos anecdotarias y más paradójicas de lo que parecen.

Recuerdo como en una ocasión escuché decir a un sacerdote, hablando sobre los Ejercicios Espirituales Ignacianos, que San Ignacio de Loyola hablaba de que la única posibilidad de orar en el interior de una catedral era de manera contemplativa, ya que la existencia de tanta belleza y de los ornamentos de ésta eran tantos, que los estímulos eran demasiado abundantes como para poderse concentrar en la oración más íntima y profundamente interior.


El caso es que contemplando una de las maravillosas fachadas externas de la Catedral de Sevilla me sorprendió un cartel que colgaba de ella. Sobre todo por el contraste tanto en lo relativo a los estilos artísticos de la majestuosa "Giralda" y del cartel, como al mensaje de esta organización institucionalmente eclesiástica (de lo más positivo que existe institucionalizado, en mi opinión; pero dejaré este tema para el momento de exclusiva importancia que se merezca)


Cuál fue mi sorpresa cuando en una ínfima parte de aquella imagen que tanto reflejaba, que tan crítico mensaje proyectaba, o al menos a mí me llegaba, que tantas conciencias querría remover, apareció la incoherencia, la paradoja, la sorpresa, la… la excusa perfecta para realizar una foto, porque mi capacidad interpretativa en aquel momento no daba para más.


Simplemente eso. Pongo la secuencia de imágenes. La secuencia de mensajes. Toda la cantidad de información que en pocos minutos cambiaba de razones sin comprender muy bien qué tenía que ver una cosa con la otra y la de más allá con… Sevilla, por ejemplo. Cada uno que piense lo que quiera, y quien quiera que se quede con la anécdota.

Sevilla tiene un color especial y les aseguro que allí pueden suceder cosas maravillosas.

¿De la imagen? me quedo con la original, con la primera, con el cartel en blanco y negro, con su mensaje; ya que me gustó crítica, social, profunda y artísticamente.