Ha pasado el mes de mayo y parece que ha llegado el calor con una cierta declaración de intenciones en cuanto a eso de quedarse.
Quizá el mes de junio le dé una cierta estabilidad que no tuvo el mes anterior.
Mayo ha sido uno de esos meses inestables por la cantidad de cosas acontecidas, por la cantidad de planes llevados a cabo, por la cantidad de programación de todo y ejecución instantánea.
Ha llegado junio y me ha dado por pensar en el mes anterior. Me he dado cuenta de que sobre todo lo que quería escribir no he escrito y eso es lo que he dejado pasar entre tanto trajín de planes, que por otro lado han sido interesantísimos.
Aun así, paradójicamente, este mes será uno de los que probablemente más recuerde cuando al llegar el 31 de diciembre haga balance del año (es una cuestión que aunque no hago conscientemente se me hace inevitable año tras año). Por un lado todo lo sucedido permanecerá en mi recuerdo de una manera personal, por lo compartido, por lo sentido, por lo aportado. Pero quizá lo que lo ha envuelto, ese clima que a veces nos deja impregnado el ánimo de cada día sea lo que más recuerde, es como ese olor particular que tiene cada lugar en el mundo (Alicante huele a Alicante, Sao Paolo huele a Sao Paolo, mi casa huele a mi casa...)
Este olor ha venido generado por el olor, el sabor, el fondo, la forma, la cultura... en definitiva el lugar en el mundo de tres personajes.
1º por Antonio Vega que ha dejado su vida plasmada en poesía personal musicada. Antonio Vega me huele a él y mientras escuche sus canciones ese olor no se marchará. Ha sido la banda sonora de muchos momentos de mi vida y lo seguirá siendo. Ha sido parte de mis conciertos, quizá de los mejores momentos sobre el escenario; es parte de mis olores. Desde aquí vaya mi homenaje desde el sitio de mi recreo.
2º por Mario Benedetti. No lo "conocí" hasta tarde, casualmente, por un concierto de uno de sus incondicionales, por Ismael Serrano que tanto le ha musicado, citado y venerado en público. Más que por su obra me ha marcado por ponerle olor a una etapa muy fructífera culturalmente para mí. Quizá no fue el mejor, quizá no tenga el Premio Cervantes, quizá hay quien piense que su literatura sea de tan poca calidad y tan tostón como la de Ángel González (también me huele bonito) y compañía... pero esto es lo que tiene la literatura. A mí no me hace falta que sea "el mejor", solo que sea, que llegue, que entre... y a lo mejor Mario Benedetti ha sido eso, un escrito para "todos los públicos" que llegó para quedarse. Para muestra un botón: Corazón coraza, probablemente el primer poema que leí, entendí e interioricé sin que nadie me dijera "debes leerlo". A lo mejor, ese es el valor añadido que ha adquirido para mí.
3º por Mariza, que le ha puesto música a los olores de este mes y se lo va poniendo a pedacitos de momentos importantes y cotidianos de mi vida (o quizá debería decir, de nuestra vida, porque a tu lado y con Mariza de fondo son más especiales). Porque el día 23 de mayo en Segovia escuché uno de los mejores conciertos de mi vida junto a ti.
Desde aquí vaya Meu fado por Antonio Vega y Mario Benedetti.
miércoles, 3 de junio de 2009
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