domingo, 16 de agosto de 2009

Reflexionando una anécdota

Galería Uffizi. Firenze.Agosto 2009.

En los viajes siempre ocurren anecdotillas de esas con las que bombardeas a los amigos a la vuelta. A veces porque no han estado en el destino del que vuelves y otras porque si han estado requiere que no les aburras con algo que ya conocen.

Algo parecido es lo que ocurre con las fotos, sobre todo cuando viajas con una cámara reflex digital por cabeza. Por mucho que seas todo un experto en tomar magníficas instantáneas, no consiste en aburrir al personal con 500 fotografías y sus correspondientes comentarios, que para el que lo ha vivido tienen mucho sentido pero para el que lo recibe es un suplicio aguantado, en el mejor y más educado de los casos, con un admirable estoicismo acompañado de una amplia sonrisa.

Una de esas anecdotillas viajeras que se repite en multitud de viajes, sobre todo sin son a lugares en los que el arte tiene cabida, es ver como los turistas se agolpan delante de un cuadro y su guía realiza "la clase, su clase, magistral". Esta persona suele, con mayor o menor didáctica, oratoria y gracia personal, soltar su discurso cultural casi sin respirar, para finalizar con un "si no hay preguntas continuamos que hay mucho que ver", mientras camina ya hacia la siguiente obra.
La verdad es que los hay de diferentes características y posibles combinaciones y permutaciones tomadas de tanto en tanto: grandes oradores sin mucha gracia, graciosos oradores sin mucho contenido, maravillosos profesionales del sector, etc. Pero siempre me quedo con la misma sensación cuando me arrimo "ilegalmente" a alguno (ya que no suele ser mi modelo de viaje) y es que me pierdo algo al contemplar aquella obra artística.

Llámenme romántica pero es que le doy mucha importancia a lo que creo que tiene mucho valor. Y para mí,
el silencio en el arte es importantísimo y valiosísimo.

Soy de las que prefiere llevar una guía en la mano que leer, o no; soy de las que se informa, aunque sin pasarse, para dejar espacio a la sorpresa; soy de las que, a veces, incluso, dejo la información para después de haberlo visto. Pero sobre todo soy de las que se queda mirando, escuchando y/o percibiendo lo que le llega. En fin, gusto, interés o sensibilidad personal, no sé bien, pero prefiero que los trabajadores de un museo manden guardar silencio (ojalá no tuvieran que hacerlo) para que cada uno pueda disfrutar de lo que ha elegido consumir.

Esta reflexión me lleva a pensar que las anecdotillas y las fotografías deberían jugar un papel parecido, al igual que nuestros blogs. Cada uno consume lo que demanda y le apetece, para que cuando le aburra o no le guste decida cambiar a otro; o simplemente guardar silencio.

Quizá la cuestión pase porque no nos gusta, no sabemos, no estamos acostumbrados... a hacer silencio. Quizá con el silencio prefiramos no jugar, no correr la suerte de poder pensar en cosas maravillosas, esas que el ruido no nos permite generalmente.

Os dejo una propuesta, que me han recomendado, para estos últimos días de agosto y primeros de septiembre, en Madrid:

Annie Leibovitz. Vida de un fotógrafo, 1990-2005 (PHE09)
Sala Alcalá 31.

Ya les contaré, o simplemente... guardaré silencio.

viernes, 14 de agosto de 2009

Arte en Movimiento

Una de mis profesoras de la universidad (probablemente una de las mejores que he tenido, por cierto) me sorprendió un día durante el transcurso de una de sus clases de Orientación Profesional dirigiéndose a mí para decirme que estaba claro que yo era multivocacional. Lo cierto es que en el momento me sonó un tanto exagerado.
Con el tiempo me he ido dando cuenta de que no sólo pueden ser ciertas las palabras de aquella fantástica profesora sino de que a todas esas vocaciones las podría denominar pasiones. Con la breve experiencia que tengo puedo decir que vocación sin pasión no conllevan a un desarrollo feliz personal, o al menos a mí no.

De mis pasiones confesables públicamente he estado disfrutando de tres de ellas durante los últimos días, mientras descansaba de otra (no piensen en el trabajo sino en el mundo de la Educación).
Quien me conozca bien sabrá que esas tres son: Viajar, Hacer deporte y el Arte (en cualquiera de sus expresiones). Y como podrán deducir, estos días he estado descubriendo nuevos lugares en el mundo. Claro está, que nuevos son para mí pero que son ampliamente visitados por miles de personas a lo largo del año.

Durante este mes he podido "re-correr" nuevas emociones en Vitoria y compaginarlo con correr por los Humedales de Salburua; contemplar el arte y la magia de Venecia, Pisa y Florencia, haciendo el último día en la ciudad de la Toscana un rodaje con el Puente Vecchio como testigo.

O descansando entre siesta, pizza, pasta y helados artesanales con el maravillosos ritmo de "voltear" a ritmo de pulsaciones El Prato della Valle, que no es otra que la plaza más grande de Europa ubicada en la encantadora, tranquila y amable ciudad de Padova.

Hace poco más de un año escribí una entrada titulada De lo espiritual en el arte, y tengo la suerte de poder aumentar y mejorar con el paso del tiempo dichas cuestiones pasionales, pero esta vez con la compañía de mi pasión menos vocacional y claramente confesada, que un día llegó para quedarse de manos de la suya propia.

Todavía queda agosto para largo, ni más ni menos que la mitad, así que habrá que aprovechar el mes que me pone años como se merece. Los Leo estamos de enhorabuena porque siempre tendremos para protagonizar uno de los meses en los que más se disfruta del año. El porqué a la vista está.

viernes, 10 de julio de 2009

Duelo de gigantes

Me he puesto A Felicidade cantada por Eliane Elias para escribir esta entrada. Debe de ser porque estoy feliz por lo que vi y escuché anoche, y esta elección imagino que viene suscitada por las ganas de seguir escuchando buenas composiciones magistralmente interpretadas.

La verdad es que no fue el mejor concierto al que he asisitido, ni siquiera el mejor de los que he presenciado con los mismos protagonistas, ya que me gustaron más y mejor en el 2006 cuando actuaron en el Teatro Real, prácticamente con el mismo repertorio y con la misma formación.
Pero esto último da igual porque cuando se junta la calidad, con el buen hacer (o mejor dicho con la maestría), con el gusto en la improvisación, con la experiencia y la gracia natural, el concierto se convierte en un éxito, y el espectador se marcha con el buen sabor de boca de lo presenciado.

Anoche se juntaron Chano Domínguez y Paquito d'Rivera en el nuevo escenario que se ha puesto a disposición de los Veranos de la Villa 2009. La Catedral de La Almudena, el Palacio Real y San Francisco el Grande iluminados fueron testigos de que entre ambos existen más que palabras aunque no se pronuncien, de que existe la complicidad de quienes se entienden más allá de la armonía de las notas.
El gaditano y el cubano hicieron honor a esa fusión entre ambas tierras, y es que ya lo decía Carlos Cano con sus Habaneras de Cádiz: "La Habana es Cádiz con más negritos, Cadi es la Habana con más salero". Aunque después de ver a Paquito en escena, una no sabe muy bien donde queda el salero más repleto.

El espectáculo fueron ellos junto a los que siempre les acompañan y que merecen tanto respeto como los protagonistas del cartel. Israel Suárez “El Piraña”, siempre al lado de Chano, haciendo del cajón el aliado entre el flamenco e imposibles ritmos que manejan el tema; Marc Miralta cómplice de la batería que en mi opinión es más compleja, que no es otra que la del jazz; y Mario Rossy al contrabajo haciendo que a Cachao se le echara de menos solo lo justo, ya que se marcó uno de los solos más espectaculares que he escuchado, por no mencionar su dúo junto con las melodías del cubano.

Os dejo con una de las piezas disfrutadas ayer pero interpretadas en el concierto del Teatro Real de Madrid del año 2006.



¡Gracias Gigantes!

miércoles, 17 de junio de 2009

Atención: Concierto

Quizá este podría ser el titular más interesante del evento que os anuncio y en parte es así, sino no os estaría enviando este correo.
Pero en realidad lo importante es el motivo de la vuelta. Después de pensar, repensar y volver a pensar el cómo, el cuándo, el dónde volver a cantar en directo, no fui yo la que lo busqué sino otros los que me encontraron. Y claro, no pude decir que no encontrándome con tantas ganas e ilusión.

Canto como artista invitada en una Fiesta Pro-Nicaragua, con la que un grupo de cooperantes de la ONG SETEM http://madrid.setem.org/index.php, pretenden recaudar fondos para el proyecto en el que trabajarán allí durante el mes de agosto.

Nos vemos.

miércoles, 3 de junio de 2009

Meu Fado Meu

Ha pasado el mes de mayo y parece que ha llegado el calor con una cierta declaración de intenciones en cuanto a eso de quedarse.
Quizá el mes de junio le dé una cierta estabilidad que no tuvo el mes anterior.

Mayo ha sido uno de esos meses inestables por la cantidad de cosas acontecidas, por la cantidad de planes llevados a cabo, por la cantidad de programación de todo y ejecución instantánea.
Ha llegado junio y me ha dado por pensar en el mes anterior. Me he dado cuenta de que sobre todo lo que quería escribir no he escrito y eso es lo que he dejado pasar entre tanto trajín de planes, que por otro lado han sido interesantísimos.

Aun así, paradójicamente, este mes será uno de los que probablemente más recuerde cuando al llegar el 31 de diciembre haga balance del año (es una cuestión que aunque no hago conscientemente se me hace inevitable año tras año). Por un lado todo lo sucedido permanecerá en mi recuerdo de una manera personal, por lo compartido, por lo sentido, por lo aportado. Pero quizá lo que lo ha envuelto, ese clima que a veces nos deja impregnado el ánimo de cada día sea lo que más recuerde, es como ese olor particular que tiene cada lugar en el mundo (Alicante huele a Alicante, Sao Paolo huele a Sao Paolo, mi casa huele a mi casa...)

Este olor ha venido generado por el olor, el sabor, el fondo, la forma, la cultura... en definitiva el lugar en el mundo de tres personajes.

1º por Antonio Vega que ha dejado su vida plasmada en poesía personal musicada. Antonio Vega me huele a él y mientras escuche sus canciones ese olor no se marchará. Ha sido la banda sonora de muchos momentos de mi vida y lo seguirá siendo. Ha sido parte de mis conciertos, quizá de los mejores momentos sobre el escenario; es parte de mis olores. Desde aquí vaya mi homenaje desde el sitio de mi recreo.

2º por Mario Benedetti. No lo "conocí" hasta tarde, casualmente, por un concierto de uno de sus incondicionales, por Ismael Serrano que tanto le ha musicado, citado y venerado en público. Más que por su obra me ha marcado por ponerle olor a una etapa muy fructífera culturalmente para mí. Quizá no fue el mejor, quizá no tenga el Premio Cervantes, quizá hay quien piense que su literatura sea de tan poca calidad y tan tostón como la de Ángel González (también me huele bonito) y compañía... pero esto es lo que tiene la literatura. A mí no me hace falta que sea "el mejor", solo que sea, que llegue, que entre... y a lo mejor Mario Benedetti ha sido eso, un escrito para "todos los públicos" que llegó para quedarse. Para muestra un botón: Corazón coraza, probablemente el primer poema que leí, entendí e interioricé sin que nadie me dijera "debes leerlo". A lo mejor, ese es el valor añadido que ha adquirido para mí.

3º por Mariza, que le ha puesto música a los olores de este mes y se lo va poniendo a pedacitos de momentos importantes y cotidianos de mi vida (o quizá debería decir, de nuestra vida, porque a tu lado y con Mariza de fondo son más especiales). Porque el día 23 de mayo en Segovia escuché uno de los mejores conciertos de mi vida junto a ti.

Desde aquí vaya Meu fado por Antonio Vega y Mario Benedetti.

jueves, 7 de mayo de 2009

Sujetos enamorados

Siempre he dicho que las fechas comerciales son simplemente eso, algo comercial.

Mi madre siempre se ha quejado de que el Día de la Madre (supuestamente recién pasado) se celebra todo el año, y que la conmemoración de ciertas actividades, exaltación de figuras paternales y demás motivos, sólo existen por puro interés comercial.Quizá uno de los más rimbombantes sea el que se celebra el 14 de febrero.

A mí, al igual que a mi madre, nunca me ha gustado celebrar las fechas inventadas por comercios. Pero a lo que iba, que al final, cambiaré el motivo de este post.

La semana anterior a aquella fecha del mes que no tiene día 29 que celebrar (hasta las fechas son imprevisibles) escuché en la radio la excusa perfecta para escribir. Se convocaba a los oyentes de la Cadena Ser Madrid Sur a participar en un concurso: Amor en un minuto.
Consistía en enviar un relato bajo seudónimo en el que se incluyeran las palabras Ser, Amor y Minuto y que no superara las 100 palabras.

No gané. No era esa mi pretensión, y mejor, porque sino tendría que haber participado de una celebración comercial que, a mi juicio, desvirtúa lo que cada día viven multitud de sujetos como los de mi relato.

"- Ser, estar y parecer son verbos copulativos", nos decían repetidamente en la clase de lenguaje de la escuela. Nosotros, como sujetos, nunca entendimos el porqué de aquella definición.
Hoy, yo, sí lo entiendo. Más que nunca. Cuando conozco tus atributos, mientras hacemos el amor minuto a minuto, cuando expresamos convencidos, generosos, entregados... la alegría de estar juntos.
Ya no es un secreto, ya podemos parecer lo que somos, ya podemos parecerlo porque queremos, porque estamos, porque somos.
Somos dos sujetos que sentimos, que queremos, que miramos, que somos, que estamos y que parecemos; pero que, sobre todo, nos amamos."


Gestando

Imagino que por todo. Imagino que podría ponerme excusas de esas que no hacen daño a nadie, ni siquiera a mí tampoco.

Imagino que este es el momento que más me ha apetecido retomar lo que comenzó como un experimento de expresar mis sensaciones hacia lo que considero algún tipo de manifestación artística.

Han pasado casi nueve meses desde la última entrada y se han gestado numerosas cosas en este tiempo. Mi lugar en el mundo se ha vuelto mejor, se ha sorprendido más, se ha emocionado con sensibilidades distintas y se ha enriquecido con una sonrisa encontrada tras mis párpados recién abiertos junto al despertador.

Vuelvo para comenzar y espero que para continuar.